lunes, 10 de septiembre de 2012
¿Qué quieren las FARC? ¿Tienen claridad sobre sus objetivos?
El pasado viernes 7 de septiembre los voceros de las FARC comentaron algunos de los puntos que van a poner en la mesa de negociaciones en Oslo, que coinciden aparentemente con la agenda que ya han firmado con el gobierno. Sin embargo, se destacan dos, uno por el orden en que se quiere proponer y otro por su novedad: cese al fuego bilateral y "mesa soberana".
En cuanto a la "mesa soberana" de la que hablan las FARC, ¿quiere decir que la guerrilla no va a aceptar que se le aplique el Marco Jurídico para la Paz, la Constitución de 1991 y demás Derecho actualmente vigente en Colombia? ¿ Piensan acaso en dictarse a sí mismos el Derecho aplicable?. ¿Tampoco van a aceptar la aplicación del Derecho Penal internacional ? Esto no tendría ningún sentido. Plantear una cuestión de tal envergadura sería poner en cuestión al propio Estado colombiano, con el que la guerrilla ya ha acordado negociar. El gobierno legítimo de Colombia para llegar a ese acuerdo ha sido facultado justamente por el Derecho vigente. Tampoco el gobierno, si quisiera, podría plantear una negociación por fuera del marco jurídico establecido. Pues se trata de una autoridad delegada que actúa con un mandato expreso que le ha otorgado la Constitución.
El diálogo de paz actual no versa sobre una refundación del Estado colombiano porque esto ya está hecho. En 1991 con la Constitución de ese año, se establecieron los instrumentos jurídicos fundamentales para que Colombia sea un Estado social y democrático de Derecho. Ahora lo que se requiere es profundizar en el desarrollo y aplicación de este ordenamiento jurídico. Colombia no necesita de otro proceso constituyente. Hay que ser serios. Si las FARC están pensando en esto significa que han interpretado mal su momento histórico. El beneficio social que ellos están en capacidad de lograr para Colombia es el abandono de las armas para posteriormente vincularse a la actividad política -los que no hayan cometido delitos de sangre- con el fin de hacer una realidad ese Estado social y democrático de Derecho que ya ha declarado ser este país
El actual proceso de paz sólo puede tener como objetivo el abandono de su lucha armada y de sus actividades ilícitas, por un lado, y las condiciones jurídicas y políticas de su reinserción a la sociedad, por el otro. Ello no significa considerarlas totalmente derrotadas porque justamente el Estado, representado por su gobierno, les está ofreciendo una serie de beneficios jurídicos y políticos para favorecer dicha reinserción. Es aquí donde entrará en juego la "justicia transicional", pero, la misma no conlleva ni puede conllevar la total impunidad.
De otra parte, las FARC dicen que van a poner en primer lugar el acuerdo del cese al fuego. ¿La propuesta de cese al fuego por parte de las FARC significa que quieren fortalecerse mientras duran las negociaciones? Si ello es así, significaría que el grupo guerrillero no llega con una intención seria de dejar las armas. ¿Para qué fortalecerse si están iniciando un proceso que va a conducir al abandono de las mismas?. De forma que, en el plano meramente lógico, no admitir el cese al fuego por esta razón invalidaría todo el proceso.
En mi opinión, la solicitud de cese al fuego bilateral es perfectamente explicable. Como dice, refiriéndose a Uribe, Eduardo Posada, "la paz antes de la paz". Creo que el cese al fuego no implica abandonar la seguridad del Estado que deberá continuar con amplias labores de vigilancia y seguridad, las fuerzas armadas y de policía no tienen que suspender ninguna de sus funciones de prevenir el delito y de detener a los criminales, incluidos por supuesto a los miembros de las FARC y ponerlos a disposición judicial. Pues el alto al fuego es el cese de actuaciones de guerra, es decir, de los ataques por uno y otro bando. La fuerza del Estado colombiano debe demostrarse en el respeto al Estado de Derecho y al Derecho Internacional humanitario.
En fin, esperemos que las FARC, sus negociadores, no estén buscando lo que ya perdieron hace mucho tiempo, cuando decidieron deslegitimar su lucha mediante la comisión de crímenes contra la población inocente.
Melba Luz Calle
A propósito de estos comentarios, transcribo el artículo publicado hoy en El Tiempo, con el título La Paz caliente.
El Tiempo, 10 septiembre de 2012
LA PAZ CALIENTE. Por Hector Pineda.
Después del relativo optimismo y la tranquilidad con que se había recibido el anuncio del Gobierno Nacional sobre la paz, del respaldo con el que se recibieron los nombres de los negociadores y el contenido de la agenda concertada, los primeros asuntos 'calientes' que afrontará el proceso de diálogo por la paz con la legendaria guerrilla, desde La Habana (Cuba), corrió por cuenta de los quíntuples de las Farc que fungieron de voceros en la rueda de prensa trasmitida en vivo y en directo por canales nacionales e internacionales.
Aunque no se corresponde con el orden cronológico con el que se hicieron los elementos de lo que he llamado "la paz caliente" (queriendo significar la complejidad y casi imposibilidad de que el Gobierno pueda acceder a ellos), los voceros 'farianos' nos notificaron de por lo menos cuatro puntos en tono de inamovibles: 1) mesa soberana; 2) presencia de Simón Trinidad (extraditado y preso en Estados Unidos) en la mesa de conversaciones; 3) negación de tener en su poder a personas secuestradas, y 4) iniciar las conversaciones con la exigencia de un cese del fuego bilateral.
Ver más:
La Paz Caliente
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario