La razón principal de mi renuncia a la Dirección de los Postgrados en Derecho, presentada en el mes de junio, es que se trata de una Unidad donde actualmente priman las cuestiones administrativas sobre las académicas, entre otras razones, debido justamente a la incipiente organización administrativa de la misma y a la ausencia de planeación estratégica. En mi caso, nunca quise dejar de impartir clases ni renunciar a mis proyectos de investigación y semillero, pero me he dado cuenta rápidamente que había que escoger, por razones de tiempo. Pese al corto período que permanecí en este cargo, detecté un grave problema de los Postgrados de Derecho relativo a la deserción y/o retención (no grado) estudiantil debido, fundamentalmente, a las exigencias sobre la realización de trabajos de investigación tanto para las especialización como para las maestrías como requisito para el grado. Son varias las razones por las que los estudiantes no hacen su trabajo, pero se destaca, sobre todas, la falta de competencias, habilidades o simplemente experiencia investigadora, además de la dificultad para asimilar, por parte de los aspirantes, el hecho de que, sobre todo, las maestrías son exactamente procesos de formación que exigen una dedicación exclusiva a los mismos.
Ahora bien, en todo este asunto, es preciso esclarecer quienes son los primeros responsables. Los sucesivos gobiernos de este país en las últimas décadas, la Universidad colombiana, en general, y la Universidad M. Nueva Granada, en especial, tienen una gran responsabilidad en la precariedad de la investigación y en las dificultades por las que atraviesan los estudiantes, por cuanto, con las exigencias del Ministerio de Educación en materia de investigación para nivelar a las Universidades locales con las Europeas y Norteamericanas, se ha producido una gran confusión y paradoja, por lo menos en las facultades de Derecho de Universidades que no han alcanzado niveles de excelencia académica, que son las que conozco directamente.
La paradoja consiste en que la Universidades, por un lado, han reforzado los planes de estudios con asignaturas de investigación desde el pregrado hasta el postgrado, con una perspectiva metodológica y pedagógica excesivamente teorizante, y exigen a los estudiantes que investiguen, pero, por otro lado, no se les ha proporcionado los medios adecuados para la realización de una investigación realmente seria.
Y ello es así porque la principal condición de la investigación es la libertad y para hacer investigación libre la misma debe ser financiada con recursos públicos, con recursos del Estado, que son los recursos de los ciudadanos. Pero en Colombia la investigación, como la educación misma, ha sido abandonada tradicionalmente a su suerte y a las reglas e intereses particulares. La investigación, como la educación, en este país, no se ha configurado como un servicio público indiscutible sino que prima su consideración de actividad lucrativa y, por tanto, destinada al beneficio de los intereses particulares, con toda la corrupción que se ha visto facilitada justamente por esta condición. La financiación de la investigación ha sido y lo es en la actualidad una cuestión eminentemente privada, de forma que cada colombiano, y su familia, es, en una soledad casi absoluta, quien debe asumir los elevadísimos costos de una formación que cada día se torna más inalcanzable por la inflación incontrolada de los, al día de hoy, escandalosos precios de las matrículas a todo nivel pero con más notoriedad en los Postgrados y ni que decir de los Doctorados.
De forma que los estudiantes de Postgrados tienen que seguir trabajando normalmente durante esta etapa de su vida además de endeudarse exponencialmente para pagar sus estudios. Cuando lo adecuado sería que hicieran un alto y suspendieran, aunque fuese parcialmente, su actividad laboral para dedicar si quiera medio tiempo a la investigación. Pero, lo verdaderamente correcto sería que se beneficiaran masivamente de becas completas. Pero ¿cómo va a ser así cuando las universidades tienen que auto-sostenerse con las matrículas, porque el Estado no ofrece prácticamente otra salida, y cuando tampoco en estas instituciones se considera la investigación como inversión en la calidad de la educación?
En resumen, los estudiantes de Postgrados de Derecho de la Universidad M. Nueva Granada no se gradúan fundamentalmente por razones económicas, porque no tienen tiempo para dedicarse seriamente a la investigación. Porque, más allá de grandes teorías pedagógicas y metodológicas, los investigadores tenemos que dedicar muchas horas a la lectura para adquirir una amplia formación cultural integral, todos los investigadores en el campo del Derecho, con independencia de nuestra especialización, debemos profundizar en nuestros conocimientos de filosofía, en general, y de iusfilosofia, en particular, en historia universal y colombiana, sociología y ciencia política, por mencionar solo lo más destacado y afin con el Derecho. Asimismo, debemos manejar varias lenguas, por fuera del buen uso del español, porque ello es necesario para poder aproximarse con rigor a los avances científicos de otros países sin el conocimiento de lo cual no existe realmente investigación ya que, hoy por hoy, no se concibe investigación sin comparación.
En fin, durante el poco tiempo que estuve en Postgrados de la Facultad de Derecho, puse todo mi empeño en ayudar a los estudiantes, en defender el derecho fundamental a la educación y en brindar algunas herramientas básicas de apoyo, en la medida de las capacidades de esa Unidad, para que los aspirantes realicen sus trabajos y se gradúen. Porque es obligación de las Universidades apoyar a los estudiantes para que logren su grado, ya que ellos han sufragado los costos, pero no pueden hacerlo de cualquier manera sino con el cumplimiento de unos mínimos estándares de calidad.
En el informe de gestión realizado para la Facultad de Derecho quedan registradas las acciones que se lograron llevar a cabo en este corto período, tales como los manuales para la realización de los trabajos, que estaban en mora de expedirse de más de cuatro años. Y los apoyos externos para asesorar mejor a los estudiantes en sus trabajos, y el curso de actualización en investigación jurídica y socio jurídica, que se realizará el próximo curso, entre lo más destacado. Tareas para las que se logró
contar con el apoyo de la Facultad.
Con todo, hay un motivo de prudente esperanza para los Postgrados de la Facultad de Derecho de la Universidad M. Nueva Granada y es la inversión en la investigación que se viene realizando en los últimos años, más de cinco mil millones de pesos en el 2014 se destinaron a esta labor. Ahora hace falta que la Facultad de Derecho, y Unidad de Postgrados, quede integrada debidamente en este proceso de consolidación de la investigación, ojalá se puedan incluir, dentro de los planes institucionales, las becas completas y en número amplio a estudiantes de las maestrías y del próximo Doctorado en Derecho. Además, por otra parte, de una mejor consideración para los docentes de planta a los que debe proporcionársele, junto con la financiación real de los proyectos, las mejores condiciones materiales, tales como un adecuado lugar de trabajo, y la posibilidad de dedicarse exclusivamente a la investigación y a la docencia, dirección de trabajos de maestrías incluidas, en las materias que conoce por cuanto las ha investigado y ha producido obras y artículos. Habrá que continuar colaborando en esta línea, ya veremos. Ahora la Universidad M. Nueva Granada es una institución acreditada de Alta Calidad por seis años, esperemos que esta condición beneficie a la Facultad de Derecho, a los Postgrados y a la investigación, que es de lo que estamos tratando (sin negar la íntima relación de todo esto con el Pregrado).
PARA LOS INTERESADOS EN EL TEMA LES COPIO A CONTINUACIÓN EL ENLACE DEL INFORME SOBRE LA GESTIÓN REALIZADA EN LA DIRECCIÓN DE LOS POSTGRADOS DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD MILITAR NUEVA GRANADA EN EL I SEMESTRE DE 2015
informe gestión postgrados de Derecho U.M. NUEVA GRANADA
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