viernes, 27 de septiembre de 2013

V CONGRESO INTERNACIONAL DE DERECHO CONSTITUCIONAL: COMENTARIOS A LA CONFERENCIA DE JAVIER PÉREZ ROYO SOBRE LA SITUACIÓN EUROPEA ACTUAL


Bogotá, Colombia, 26 de septiembre de 2013

Un panorama desolador de la situación europea en la actualidad nos describió el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, Javier Pérez Royo, en el V Congreso Internacional de Derecho Constitucional.

Supuestamente para salir de la crisis se han tomado dos grandes decisiones por los gobiernos europeos liderados por la Alemania de Angela Merkel, una es la consolidación fiscal basada en el déficit cero, que implica la prohibición de endeudamiento a los Estados y la obligación de financiarse exclusivamente con los ingresos provenientes de los impuestos. Medida esta que fue elevada a norma constitucional en Alemania y luego en el resto de los países europeos atendiendo el dictado alemán. Particularmente en España fue una reforma constitucional que se realizó, en el expedito término de 13 días y sin ningún debate parlamentario, pues se pusieron de acuerdo los partidos mayoritarios.
Una reforma constitucional que significa el fin del Estado del bienestar, puesto que exige una enorme reducción del gasto público para poder lograr el objetivo del déficit cero, la meta de no tener que recurrir a la deuda para el financiamiento de las tareas del Estado. Una medida que está produciendo ya  una regresión, una involución constitucional, porque implica dejar sin respaldo financiero la prestación de servicios y la garantía de derechos sociales tales como la educación, la salud, el trabajo o la cultura, entre otros, que son los primeros que en el caso Español, Italiano o Portugués han
sufrido los enormes recortes presupuestales.
La otra decisión supuestamente tomada para salir de la crisis es la de converitr la deuda privada en deuda pública, como en el caso español, donde el 80% de la deuda es de carácter privado, es una deuda del sector financiero, es decir, de los bancos. Deuda que el Estado español ha pagado con dinero público, también supuestamente, para evitar el pánico financiero y el perjuicio de los ahorradores; pero que en definitiva beneficia primero y fundamentalmente a los grandes grupos financieros que fueron los que despilfarraron el dinero de los ahorradores pero ahora reciben el dinero del Estado, es decir, el mismo dinero de los ciudadanos a los que han esquilmado, para solventar sus pérdidas. Configurando así un círculo vicioso, paradoja, y, en definitiva,  gran estafa encubierta.

Pero, ninguna de las dos nefastas decisiones adoptadas eran, obviamente, las únicas que podían tomar los gobernantes europeos. Ahí tenemos el caso de los Estados Unidos, país donde comenzó la crisis económica y que ya ha logrado índices de crecimiento porque su gobierno ha venido inyectando dinero público en la economía como mecanismo para salir de la crisis, al contrario de lo que hace Europa.

Lo cierto es que las medidas europeas para salir de la crisis responden al triunfo de la ideología política y económica que defienden sus actuales gobernantes, esto es, el liberalismo clásico renovado. Es la vuelta al liberalismo económico del siglo XVIII y a la mínima interferencia del Estado en la economía y en definitiva en la solución de los problemas sociales. Puesto que un Estado sin recursos no puede ser más que un Estado reducido a su mínima expresión.

Sin embargo, quizás no sea enteramente cierto que no se pueda hacer nada, ni que haya que resignarse a este Estado de cosas, puesto que ahí está precisamente la soberanía popular, el pueblo soberano para cambiar el curso de las cosas.  
Una muestra de la vigencia de dicha soberanía es justamente lo que acaba de pasar en Alemania donde, pese al arrollador triunfo electoral, Angela Merkel se ve obligada a hacer una gran coalición con los partidos de izquierda para poder gobernar, debido al rotundo fracaso electoral de sus aliados, los liberales demócratas del FDP -que por primera vez en la historia de la República Federal Alemana se quedaron fuera del Bundestag, al no haber alcanzado el 5% de los votos requeridos-.
De manera que Angela Merkel necesita formar una alianza, ya sea con el partido socialdemócrata (SPD), o con los Verdes, para contar con una mayoría en el parlamento y poder gobernar. El lunes, Merkel tendió una mano a sus adversarios del SPD, quienes previamente manifestaron algunos condicionamientos. 
Y las exigencias de los socialdemócratas podrían o deberían dirigirse a la corrección de las drásticas medidas fiscales. Algo similar podría suceder en los demás países europeos, en donde ya ha habido muchas evidencias del enorme descontento social con el movimiento de los indignados y en donde la política debería tomar en un plazo no muy largo un rumbo bien distinto. 


Para mayor información véase  la siguiente noticia:

Merkel triunfa en Alemania pero afronta dilema sobre coalición

BERLIN (Reuters) - Angela Merkel logró el domingo una aplastante victoria personal en las elecciones de Alemania, pero a su bloque conservador parecían faltarle algunos votos para gobernar sin apoyo adicional y podría tener que convencer a sus rivales de izquierda para que se sumen a la coalición de Gobierno.
Los resultados parciales indican que la alianza conservadora de Merkel obtuvo un 42 por ciento de los votos, su nivel más alto de respaldo desde 1990, el año de la Reunificación Alemana, y un contundente espaldarazo a su liderazgo durante la crisis de la zona euro.
El resultado dejó a la canciller de centroderecha tentadoramente cerca de lograr la mayoría en la Cámara Baja del Parlamento alemán, o Bundestag, por primera vez desde que el líder conservador Konrad Adenauer logró esa victoria en 1957.
"Este es un súper resultado", dijo Merkel ante los aplausos de sus seguidores. "Haremos todo lo posible en los próximos cuatro años juntos para convertirlos en los años más exitosos de Alemania", sostuvo.
Si Merkel consigue gobernar sola, lo que parece improbable, tendría que hacerlo con una estrecha mayoría, lo que la deja vulnerable ante los políticos euroescépticos en la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su partido hermano, la Unión Social Cristiana de Bavaria (CSU).
La alternativa podría ser revivir la "gran coalición" con los Social Demócratas (SPD) de centroizquierda, quienes quedaron en un distante segundo lugar con un 25,5 por ciento, su segundo peor resultado de la era de la post-guerra. La campaña llena de equivocaciones del ex ministro de Finanzas Peer Steinbrueck nunca tomó impulso ante la popular Merkel.
DISCUSIONES PARA MAS ADELANTE
Los sondeos muestran que el público alemán - que favorece el consenso - acogería una alianza entre derecha e izquierda, además de los socios europeos de Berlín que esperan que el SPD suavice el enfoque centrado en la austeridad de Merkel ante los miembros en problemas de la zona euro.
Pero tras haber alejado a millones de sus seguidores cuando se asociaron a Merkel en su primer mandato de 2005 a 2009, los Social Demócratas parecen cautelosos a una secuela.
"No iremos automáticamente a una gran coalición", dijo el presidente del SPD, Sigmar Gabriel. "Lo importante son las políticas", sostuvo.
Pero hubo una fuerte decepción entre actuales los socios de coalición de Merkel, los Demócratas Libres (FDP), que sufrieron una humillante salida de la Bundestag, la primera vez que estarían ausentes de la Cámara en la era de la post guerra.
Un nuevo partido escéptico del proyecto de la zona euro, Alternativa para Alemania (AfD), amenazaba con arruinar la victoria de la canciller al ingresar al Parlamento por primera vez, luego de que aparentemente lograra el umbral del 5 por ciento requerido para obtener escaños.
La hostilidad del movimiento juvenil a los rescates de la zona euro y su llamado expulsar a los miembros más débiles del área de la moneda única resonaron entre los votantes y podría actuar como un freno para la conducta de Merkel en torno a la política europea.
El radical partido de Izquierda se encaminaba a ser la tercera mayor fuerza en el Parlamento con un 8,5 por ciento de los votos, superando a la facción ecologista Los Verdes, que terminaron con casi un 8 por ciento de las preferencias.
Merkel, la hija de un pastor protestante que creció bajo la Cortina de Hierro en la Alemania Oriental, es la tercera canciller de la post-guerra en ganar tres elecciones, después de Adenauer y su mentor Helmut Kohl.
(Reporte adicional de Annika Breidthardt, Sarah Marsh, Madeline Chambers, Sophie Duvernoy, Erik Kirschbaum y Gareth Jones; Escrito por Noah Barkin y Stephen Brown; Editado por Marion Giraldo)
ARTÍCULO | SEPTIEMBRE 27, 2013 - 4:06PM

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